La energía fotovoltaica se mantiene como una de las alternativas más prometedoras a los combustibles fósiles, siendo un factor clave en el proceso de descarbonización y en la lucha contra el cambio climático. En España, país pionero en el aprovechamiento de la energía solar, hay más de 67 000 instalaciones fotovoltaicas en activo, que cuentan con un total de 25 549 MW en servicio y suponen el 20,3 % de la producción energética total del país. Hoy hablaremos de una de las centrales solares más importantes de España, que es a su vez la más grande de Europa: la planta fotovoltaica Francisco Pizarro.
Características técnicas
La planta, aprobada en noviembre de 2020 e inaugurada en agosto de 2022, está ubicada en la provincia de Cáceres, ocupando una superficie de 1300 hectáreas situada entre los municipios de Torrecillas de la Tiesa y Aldeacentenera. El proyecto cuenta con 1 494 000 módulos fotovoltaicos y 13 724 seguidores, unas estructuras móviles que unen la placa con el suelo y que permiten maximizar la producción eléctrica. La central tiene una capacidad instalada de 553 MW, con los que suministran energía renovable a 334 400 hogares y evitan la emisión a la atmósfera de 150 000 toneladas de CO₂ al año.
Inversión y empleo
El proyecto ha contado con una inversión superior a los 300 millones de euros y su construcción ha generado más de 1500 empleos en periodos de punta, de los cuales un 60 % han sido cubiertos por trabajadores de la zona. El desarrollo de la planta, además, es impulsado por la firma de un acuerdo de compraventa de energía a largo plazo (PPA, por sus siglas en inglés) con tres grandes multinacionales, dos pertenecientes al sector de la alimentación y otra, al farmacéutico. Mediante dicho acuerdo, Francisco Pizarro suministrará energía verde a las oficinas y centros de producción de las tres compañías en España.
Preservación del entorno natural y el patrimonio cultural
Durante los trabajos de prospección previos a la construcción de la planta, se encontraron una veintena de aforamientos rocosos con manifestaciones de arte rupestre prehistórico, además de tres yacimientos arqueológicos pertenecientes al periodo ubicado entre la Edad Antigua y la Edad Media. En colaboración con las autoridades locales, todos estos vestigios fueron controlados, excavados y salvaguardados.
Asimismo, se detectó una zona de reproducción y nidificación del sisón común, un ave esteparia que se encuentra en peligro de extinción. Tras un acuerdo con la Sociedad Española de Ornitología (SEO) y Birdlife, se renunció a la implantación prevista en la zona y se reubicó la instalación de unos 100 000 paneles en una parcela anexa de 64 hectáreas. Además, junto a la SEO, se llevó a cabo la elaboración de una campaña de seguimiento de aves esteparias en Extremadura, identificando y protegiendo una zona de campeo para estas aves, en concreto para el sisón.
También se impulsaron otras iniciativas para proteger y mejorar los hábitats de la fauna forestal local, como el establecimiento de zonas de protección para la alimentación de aves, la creación de un centro de reproducción controlada para la cría de conejos o la instalación de cajas nido. Además, los terrenos de la planta son usados como pasto para la ganadería ovina de la zona, como parte del plan de integración en el medio ambiente con el que cuenta la central.
Proyectos de la envergadura de la planta fotovoltaica Francisco Pizarro permiten la producción de energía limpia a gran escala y aceleran la consecución de la transición energética, además de poner de manifiesto que el desarrollo de las energías renovables puede ser realmente sostenible, ya que es posible obtener electricidad sin dejar de respetar y proteger la flora y la fauna locales.