Los avances en tecnología inalámbrica han trasformado completamente la forma de comunicarnos. La posibilidad de conectarnos a internet desde cualquier punto y en cualquier momento ha convertido a los dispositivos móviles en una herramienta imprescindible. Uno de los inconvenientes de la conectividad inalámbrica, sin embargo, ha sido la falta de cobertura en determinados espacios. Las small cells se crearon para solucionar este problema.
¿Qué son las small cells?
Frente a las tradicionales macroceldas, las grandes torres de telefonía encargadas de cubrir áreas muy extensas, las small cells (o celdas pequeñas) son nodos o estaciones base de transmisión de redes inalámbricas de tamaño reducido, baja potencia y corto alcance cuya función es densificar la red, esto es, ampliar la cobertura en zonas geográficas delimitadas. Para ello, se conectan con las redes de los operadores mediante conexiones de banda ancha fija como ADSL o fibra óptica, manteniendo la tecnología de red existente, como 4G LTE o 5G. Una vez conectadas, transmiten señales de radiofrecuencia a los dispositivos móviles para permitir la comunicación entre estos y la red principal.
Para satisfacer las diferentes necesidades de comunicación, existen tres tipos principales de small cells:
Femtocells: tienen un alcance muy limitado, con un radio aproximado de 10 metros, y soportan entre 4 y 16 dispositivos. Son el tipo más pequeño y suelen utilizarse en entornos domésticos o en empresas pequeñas.
Picocells: su alcance puede llegar hasta los 200 metros y dar cobertura a 70 dispositivos, por lo que resultan apropiadas en instalaciones más amplias como edificios o aviones.
Microcells: de mayor tamaño que las anteriores, pueden abarcar un radio de varios kilómetros y se utilizan para ampliar la cobertura en zonas urbanas exteriores con una alta densidad de usuarios.
Las small cells suelen implementarse en una red de nodos interconectados y administrados por un control central que gestiona la distribución de recursos y garantiza las transferencias sin interrupciones, maximizando el rendimiento general de la red.
Principales aplicaciones de las small cells
La capacidad de ampliar la señal móvil de las small cells las hace imprescindibles para llevar la red móvil a zonas rurales o de difícil acceso donde la señal de las macroceldas no puede llegar. En los entornos urbanos resultan especialmente útiles en lugares con miles de usuarios conectados, como calles muy concurridas, festivales de música o grandes eventos deportivos, así como en zonas subterráneas como estaciones de metro. Asimismo, las small cells pueden garantizar la cobertura móvil de una red privada en entornos como empresas o universidades, ofreciendo comunicaciones seguras e ininterrumpidas.
Además, estas celdas son decisivas para la implantación del 5G, ya que ayudan a conseguir la transmisión de alta velocidad y baja latencia prometida, acercando la red a los usuarios y ofreciendo un uso más eficiente del ancho de banda.
Ventajas de las small cells
Su pequeño tamaño ofrece una instalación más sencilla y flexible, pudiendo colocarse en sitios como farolas, postes de luz o paredes interiores, y a un coste mucho menor que una torre celular tradicional. Al tener menos potencia, además, su consumo es inferior y tienen un menor impacto ambiental. Y esa baja potencia también consume menos batería en los dispositivos móviles.
Al enfocarse en un área más pequeña, las small cells brindan una cobertura intensiva a un menor número de dispositivos y reducen la interferencia entre señales. Además, su cercanía al terminal móvil hace que la señal se perciba más nítidamente y la velocidad de descarga sea mayor. También aseguran una conectividad continua: cuando un usuario sale del rango de una small cell, la conexión se transfiere a una celda adyacente o a una macrocelda para evitar la interrupción.
En definitiva, las small cells reducen la carga de las macroceldas base, mejorando la calidad del servicio, aumentando la capacidad de la red y ofreciendo al usuario una conexión móvil estable y fluida.